Una de las ultimas entradas al blog hablaba de
Mercedes, si la quería o si la amaba, aun hoy sigo sin saber la respuesta… o
eso creo.
La última semana de febrero, me cree un
perfil en Tinder y Badoo, con la intención de conocer gente nueva, pero nada
paso. Algo en mi sabía que no estaba bien, por lo que me sentía mal por lo que
estaba haciendo asique borre todo y seguí mi vida normalmente.
Una semana después yo había ido a ver
departamentos con mi mamá, cuando Mercedes me llamo por teléfono casi llorando
diciéndome que tenía que hablar conmigo. Yo ya sabía de qué se trataba.
Mercedes había revisado mi PC y mi celular, encontrando dichos perfiles
borrados. No busque excusas, solo le pedí perdón por hacerla pasar este mal
momento y que si borre todo es porque me di cuenta que lo que estaba haciendo
no correspondía. Tras varias horas de hablar y de llanto, ella me dio una
segunda posibilidad (algo que yo no hubiera podido, ni querido, hacer).
Ella se limitaba a preguntarme ¿Por qué lo
hiciste? Yo no supe que responder ya que no tuve la valentía para decirle que
no sabía si la quería o si la amaba.
En un instante de lucidez me di cuenta que lo
había hecho para buscar algo de la emoción y la adrenalina que te da conocer
una persona nueva, eso que se vive en los primeros meses de noviazgo… ahí
encontré mi respuesta: “quiero que seas más mi novia y menos mi mamá”
Es una frase que resume toda la utopía que
tengo en la cabeza, es la idealización de una relación perfecta. Lejos de la
rutina, lo preestablecido y lo seguro.
Mientras ella quiere un marido, yo quiero una
novia. Mientras ella quiere familia y estabilidad, yo quiero sexo y descontrol.
Esta es la realidad.
Y he aquí la gran disyuntiva: tuve el momento
y la excusa perfecta para terminar la relación, realmente tuve la potestad de
hacerlo pero… no quise, quise seguir con ella. Podría ser miedo, podría ser
costumbre o simplemente podría ser porque en general soy feliz con ella. Tengo
ganas de salir a emborracharme como antes? Sí. Tengo ganas de hacer lo que se me
canta el culo? Sí. Tengo ganas de que mi vida sea un quilombo llena de minas?
Sí. Pero cuando llega el momento de mandar todo al carajo, pienso en la
realidad, y la realidad es que ella es una gran mujer, que me quiere, que me acompaña
y que me apoya. Sin dudas no es lo que yo idealizo en una mujer, pero es,
muchas veces, más valiente y corajuda de lo que yo pienso que realmente es.
Luego de todo este oscuro episodio de pseudo infedelidad,
estoy más tranquilo, más seguro y más convencido de que si no rompí la relación
es por algo que todavía ni yo puedo comprender al 100%.
Por el momento mi vocecita interna quedo
callada, veremos cuando me vuelve hablar de vuelta.